Por estos días estamos preparando una navidad muy NICE.
Embriagada
por el perfume de las especias, el sabor dulce de los panes de pascua,
el encanto de tantas cosas bonitas no puedo evitar recordar las muchas
veces que he repetido este ritual. Desde pequeña me encantaba hornear
galletitas en casa, hacer el arbolito... yo era de aquellas que cantaba
villancicos y hasta le inventaba coreografías.
Sagradamente el día uno
de diciembre, en casa, desempolvamos los adornos y leemos las tarjetas
con los buenos deseos de las personas que amamos y nos han escrito en
años pasados (que generalmente producen hasta lagrimas de felicidad,
nostalgia y de emoción).
Cada
uno vive la Navidad de manera tan partícular... entiendo que algunos
quieran huir de ella por el consumismo y materialismo que ahora mismo
esta presente en casi casi casi todo lo que hacemos, pero todavía
quedamos algunos que disfrutamos infinitamente con cosas sencillas, con
el amor de la familia, con un abrazo y con alguna cosita dulce.
Ufff, salivando estoy Rosa. Qué pintaza tienen las galletas!!!. Y el pan de Pascua ni te cuento.
ResponderBorrarComo siempre, deleitando con tu buen gusto y tu saber hacer.
Desde luego que la Navidad es un momento idóneo para compartir con los seres allegados y de esos pequeños "detalles" que siempre (disculpen la cursilada) nos alimentan el alma. En tu caso, también el cuerpo, jajaja.
PD: El día que se pueda oler por Internet...bueno, no lo quiero pensar que me mareo :P
Un abrazo Rosa.